Hora Intermedia
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
HIMNO
Fuerza tenaz, firmeza de las cosas,
inmóvil en ti mismo;
origen de la luz, eje del mundo
y norma de su giro:
concédenos tu luz en una tarde
sin muerte ni castigo,
la luz que se prolonga tras la muerte
y dura por los siglos. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Por Cristo todos podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Salmo 118, 153-160
XX (Res)
Mira mi abatimiento y líbrame,
porque no olvido tu voluntad;
defiende mi causa y rescátame,
con tu promesa dame vida;
la justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes.
Grande es tu ternura, Señor,
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos.
Mira cómo amo tus decretos,
Señor, por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos.
Ant. Por Cristo todos podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.
Ant. 2. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.
Salmo 127
PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTU
Que el Señor te bendiga desde Sión, es decir, desde su Iglesia (Arnobio).
Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Ant. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.
Ant. 3. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo, para la edificación de su cuerpo, que es la Iglesia.
Salmo 128
ESPERANZA DE UN PUEBLO
La Iglesia habla de los sufrimientos que tiene que tolerar (S. Agustín).
¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
-que lo diga Israel-,
cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo!
En mis espaldas metieron el arado
y alargaron los surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió las coyundas de los malvados.
Retrocedan avergonzados,
los que odian a Sión;
sean como la hierba del tejado,
que se seca y nadie la siega;
que no llena la mano del segador
ni la brazada del que agavilla;
ni le dicen los que pasan:
"que el Señor te bendiga".
Os bendecimos en el nombre del Señor.
Ant. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo, para la edificación de su cuerpo, que es la Iglesia.El Señor peleará a tu favor.